En más de una ocasión nos habremos planteado la siguiente pregunta: «¿de dónde sale el té negro?«, «¿acaso hay una planta de té negro?«. Hoy estamos aquí para contestar a estas preguntar y sumergirnos en el maravilloso y adictivo mundo del té.
Todos los tés proceden de la planta del té. Lo que hace que sean tan diferentes tanto de aspecto, como de color, de sabor y de propiedades, es el tratamiento que se le da a las hojas una vez recogidas de la planta.
Concretamente, en el caso del té negro, las hojas son sometidas a una oxidación completa, por ello, cuando nos hacemos una infusión de este tipo de té obtendremos ese color oscuro y sabor fuerte tan característicos del té negro.
Vamos a ver cuáles son los componentes más importantes que el té negro adquiere tras ese proceso de oxidación que nombrábamos:
- Cafeína: el té negro es el té con mayor cantidad de cafeína. Esta sustancia tiene un gran efecto estimulante, al igual que ocurre con el café.
- Teaflavinas: estos componentes son los que le dan ese sabor tan característico a este tipo de té. Son sustancias que tienen un gran efecto astringente.
- Tearrubiginas: sus propiedades son muy similares a las delas teaflavinas.
- Proantocianidinas: estos compuestos tienen efectos protectores sobre los capilares sanguíneos y son muy buenas para mejorar la salud de nuestra vista.
Gracias a estos y otros componentes del té negro, estas infusiones van a tener una serie de beneficios sobre nuestro organismo entre las que podemos destacar las siguientes:
- El té negro, al igual que el resto de tés, es un gran estimulante aunque es cierto que su cantidad de cafeína es menor que la del café y además, su alta concentración en taninos intervienen en una mejor absorción y asimilación de la cafeína.
- El té negro mejora la circulación sanguínea y ayuda a regular el azúcar y el colesterol en sangre. Aunque es muy bueno para mejorar el funcionamiento del sistema cardiovascular, no está recomendado para aquellas personas que sufran de hipertensión debido a su efecto estimulante.
- Como acabamos de decir, el té negro no es recomendable en casos de hipertensión, pero sí que lo es en los de hipotensión.
- Gracias a su alta concentración en polifenoles (teaflavinas y tearrubiginas) el té negro tiene un poderoso efecto antioxidante, protegiendo por tanto a las células de nuestro organismo de la oxidación y el envejecimiento.
- Por último, y tal y como hemos mencionado anteriormente, podemos destacar el poder astringente del té negro debido a la gran cantidad de teaflavinas.
Como vemos, tomar té negro nos puede beneficiar notablemente. Tenemos a nuestra disposición en el mercado una amplia gama de variedades de té negro como el típico Earl Grey, característico Darjeeling o el English Breakfast, que se suele tomar en los desayunos.
Para preparar una infusión perfecta de té negro lo ideal es verter agua hirviendo sobre las hojas secas de té y dejar reposar un par de minutos, no mucho más, de lo contrario los efectos del té negro van a variar y no serán tan potentes.