Entramos en un nuevo año, y como siempre son muchos los que piensan en lo mismo año tras año: “Año nuevo, vida nueva”.
Hay quienes un año más os proponéis dejar de fumar, los que os proponéis adelgazar, los que vais a empezar a hacer ejercicio y un sin fin de cosas más.
Lo curioso del caso y la pregunta del siglo es: ¿Lo haréis realmente?
De nada vale empezar el año cargado de ilusiones y de cosas que queréis hacer y que finalmente no acabaréis haciendo, ya que cuando llevéis 15 días sin fumar y os encendáis el próximo cigarro sentiréis una gran frustración y vuestra fuerza de voluntad se irá debilitando cada día más.
Tenemos que tratarnos a nosotros mismos como trataríamos a nuestros hijos. Supongamos que nuestro hijo tira la comida al suelo y le decimos que la próxima vez que lo haga le castigaremos. El niño nos pone a prueba, y vuelve a tirar la comida pero…. En vez de castigarle, volvemos a decirle que la próxima vez le castigaremos. Lo más seguro, es que el niño acabe perdiendo la credibilidad en nosotros y nuestra palabra tendrá cada vez menos valor y peso sobre él. Nos acabará perdiendo el respeto y acabará haciendo lo que el quiera sin temor a las consecuencias convirtiéndose en una persona mal educada.
Lo mismo pasa con nosotros mismos, si año tras año nos proponemos cosas que no realizamos, estaremos convirtiendo ese hábito en algo que se repite y cada año ese hábito al igual que la basura, se amontona y amontona siendo más difícil retirarlo luego. Por ello sino estáis seguros de poder cumplir vuestros objetivos, es mejor que no os los propongáis para no auto defraudaros.
En poco tiempo escribiremos un artículo sobre como mejorar y aumentar la fuerza de voluntad, que muchos necesitan para cumplir todo lo que se proponen.