Un reciente estudio ha demostrado que los niveles de antioxidantes caen al mínimo con el simple hecho de permanecer media hora en una sala llena de humo de tabaco. Esto hace que aumenten los radicales libres, lo que deja a nuestro organismo mucho más vulnerable antes las agresiones externas, enfermedades, envejecimiento prematuro de órganos etc.
El tabaco y el físico.
Del mismo modo, cuando respiramos humo de tabaco, se produce una aceleración en el envejecimiento de la piel. Esto conlleva a que aparezcan arrugas, canas y demás patologías cutáneas. Muchos son los científicos que asocian las canas y las arrugas al consumo de tabaco.